A medida que envejecemos, algunos pensamientos nos quitan el sueño: ¿Cómo serán los últimos años de nuestra vida? ¿Dónde viviremos y cómo pagaremos nuestras facturas? ¿Quién nos querrá y cuidará?

Juventud, belleza, productividad... quien no tiene todas estas cualidades, tendrá problemas en la sociedad actual. Y aunque la sociedad envejece, las personas mayores están desapareciendo de la vida pública; de la cotidianidad política, erótica y artística. La pandemia está empeorando la situación de muchos ancianos. Aislados y excluidos, su destino es a menudo decidido por otros.

En la última obra de Lola Arias, un grupo de personas mayores de sesenta y cinco años y sus cuidadores se niegan a convertirse en extras de esta película de ciencia ficción en la que se ha convertido la vida. Los protagonistas han vivido el nazismo, los sucesos de 1968, el auge del feminismo y ahora, la pandemia. Rebeldes, desobedientes, deseosos, desdeñan el lugar que se les ha asignado en este teatro social y llaman a los demás a rebelarse. En una casa de cristal con un complejo montaje de cámaras en directo, material de archivo, charlas, llamadas de Zoom y música, las intérpretes nos enfrentan a nuestro pasado, presente y futuro.

ICH BIN NICHT TOT fue coproducida por el Staatstheater Hannover y el Theaterformen Festival.

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